¿Por qué mi hijo no quiere comer? Causas, soluciones y cuándo preocuparse

Por Dra. Laura Payares, Pediatra de la Universidad del Norte.

Foto: Kaboompics.com

Como mamá o papá, es normal que te preocupes si notas que tu hijo no quiere comer como antes. Ver un plato intacto o escuchar constantemente un “no quiero” puede generar ansiedad, dudas e incluso culpa. Y sí, esta situación es muy común: la inapetencia en los niños es parte del desarrollo en muchas etapas de su vida.

Sin embargo, también es importante saber cuándo se trata de algo normal y cuándo conviene consultar a un pediatra. En este artículo quiero acompañarte a entender mejor por qué pasa esto, qué puedes hacer en casa y en qué momento buscar ayuda profesional en temas de alimentación complementaria.

Causas comunes por las que un niño no quiere comer

La falta de apetito infantil puede tener múltiples explicaciones, y no siempre es señal de un problema grave. Algunas de las razones más frecuentes son:

1. Etapas de desarrollo y crecimiento

Durante los primeros años, los niños atraviesan fases de crecimiento acelerado seguidas por periodos en los que su cuerpo simplemente necesita menos energía. En esas etapas, es normal que su interés por la comida disminuya.

Ejemplo: un niño de 2 años puede comer muy bien durante unas semanas y, de repente, perder el apetito. Esto no significa que esté enfermo, sino que su organismo se autorregula.

2. Factores emocionales y de comportamiento

Los niños son muy sensibles al entorno. Una mudanza, la llegada de un hermanito o el inicio del colegio pueden provocar cambios en sus hábitos alimenticios. Incluso, a veces usan la comida como forma de expresar emociones o de llamar la atención.

3. Cambios en la rutina

Si tu hijo come a deshoras, consume muchos snacks o dulces, o pasa demasiado tiempo frente a pantallas, es probable que llegue sin hambre a la hora de las comidas principales.

4. Enfermedades temporales o crónicas

Un resfriado, dolor de garganta, fiebre o molestias digestivas suelen reducir el apetito de manera momentánea. Cuando la inapetencia dura más tiempo o se acompaña de otros síntomas, es necesario consultar al pediatra.

¿Qué hacer cuando el niño no quiere comer?

La primera recomendación es mantener la calma. Forzar a un niño a comer suele ser contraproducente y puede generar rechazo. En su lugar, prueba con estas estrategias:

  • Ofrece porciones pequeñas: muchas veces los niños se sienten abrumados por un plato demasiado lleno.
  • Haz que participe en la elección o preparación de los alimentos. Si ayudó a preparar la ensalada o elegir la fruta en el mercado, es más probable que quiera probarla.
  • Varía la presentación: cortar la comida en formas divertidas, usar colores o servir en platos llamativos puede despertar su interés.
  • Crea un ambiente agradable: evita discusiones durante la comida y procura que la mesa sea un momento de conexión familiar.
  • Evita premios o castigos con comida: frases como “si comes te doy un dulce” refuerzan la idea de que la comida saludable es una obligación en lugar de un disfrute.

Además, te recomiendo establecer, en la medida de lo posible, horarios fijos para las comidas y limitar el consumo de jugos, galletas o leche muy cerca de la comida principal, porque sacian el apetito sin aportar los nutrientes que tu hijo necesita.

¿Qué se le puede dar a un niño para que le abra el apetito?

Seguramente has escuchado frases como “dale vitaminas” o “hay jarabes que abren el apetito”. Sin embargo, los estimulantes de apetito deben usarse solo bajo supervisión médica. Lo más seguro y efectivo es enfocarse en una alimentación variada y equilibrada.

Algunas opciones que suelen ayudar:

  • Frutas frescas como mango, papaya o banano, fáciles de digerir y llenas de nutrientes.
  • Verduras coloridas preparadas en purés o cremas suaves.
  • Proteínas en versiones atractivas, como albóndigas pequeñas, nuggets caseros o huevos revueltos con vegetales.
  • Snacks saludables como yogur natural con frutas, palitos de zanahoria con hummus o avena con trozos de manzana.

Recuerda: lo importante no es la cantidad que coman en una sola comida, sino el balance de nutrientes a lo largo del día.

¿Cuándo preocuparme si mi hijo no come?

No todos los casos de inapetencia son motivo de alarma, pero sí hay señales que conviene vigilar:

  • Pérdida de peso o falta de aumento en relación con su edad.
  • Fatiga constante o somnolencia excesiva.
  • Irritabilidad marcada o cambios de humor repentinos.
  • Retraso en el crecimiento o bajo rendimiento escolar.
  • Rechazo persistente a varios grupos de alimentos (no solo a uno en particular).

Si identificas alguna de estas señales, lo mejor es consultar a tu pediatra. Un profesional podrá descartar problemas de salud y darte recomendaciones personalizadas.

Consejos finales para padres sobre la inapetencia infantil

Sé que quieres lo mejor para tus hijos y es natural preocuparte cuando dejan de comer. Pero recuerda que lo más importante es observar su desarrollo en general: si tu hijo crece, juega, aprende y mantiene energía, probablemente está recibiendo lo que necesita.

La inapetencia en niños muchas veces es pasajera, pero si persiste o se acompaña de síntomas adicionales, consultar a tu pediatra es la mejor decisión. Un especialista puede diferenciar entre un proceso normal y una condición que requiera tratamiento.

¿Aún te preocupa que tu hijo no quiera comer? Estoy aquí para acompañarte. Con la orientación adecuada podrás recuperar tu tranquilidad y darle a tu pequeño la atención que necesita.

Agenda tu consulta y recibe una valoración profesional y personalizada para entender las causas de la inapetencia de tu hijo y encontrar las mejores soluciones para su bienestar.

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